Éstos días, nos hemos sobrecogido con el cierre de Megaupload, y de todos los sitios precedidos de Mega, propiedad de la empresa matriz.
Las cifras de las que se hablan son estratosféricas, llegando a pensarse que el cierre de ésta empresa, es casi más por delito fiscal, blanqueo de capitales, etc, que por delitos relacionados con la propiedad intelectual, que también. En el siguiente enlace, se aclara un poco éste razonamiento:
Estamos en una época, en la que el "gratis total" parece que es la única forma de funcionar: libros escolares gratis para todos, cheque bebé para todos, sanidad gratis para todos, películas gratis en Internet, programas gratis para los smartphones, juegos gratis para mi consola, programas de software gratis para mi empresa o mi hogar, y tantas cosas por las que no queremos pagar ni un euro.
No hay que ser un lince, para pararse a pensar, que nada es gratis. Alguien tiene que desarrollar esos programas, grabar esas películas, contratar a esos médicos, o comprar esos libros para regalarlos a los escolares. Lógicamente, todo ésto tiene un precio que hay que pagar, y alguien lo paga. Hay empresas que lo pagan y lo ponen gratis a disposición de otros, cobrando por ejemplo con publicidad en sus webs, hay otros organismos, públicos en éste caso, que cobran impuestos a los ciudadanos y piensan que un bien público como la educación puede mejorarse regalando libros a los escolares, y otras empresas, entre las que se encontraría Megaupload, se inventaron una plataforma en Internet, desde la que los usuarios podían tener barra libre de contenidos, muchos de ellos protegidos con derechos de autor. Los dueños ganaban dinero con la publicidad, y con la tarifa premium, y los usuarios encantados con lo que allí se les daba. Pero en este caso, la empresa se olvidaba de pagar a los dueños de esos contenidos, y aquí entra la justicia.
En economía, existen 2 tipos de bienes, los bienes económicos, que son aquellos que tienen un precio, una oferta, una demanda, y son finitos. De ellos en principio se ocupa la economía. Por otro lado, están los bienes libres, aquellos que no tienen precio, son infinitos, y no existe un mercado para ellos. Por ejemplo el aire, el sol o el agua de los ríos, de los que en principio no se ocupa la economía, salvo en el caso de que pensemos en el cuidado del medio ambiente, como un recurso limitado. En este caso, si serían objeto de estudio por parte de la economía.
Pero ¿podríamos considerar los contenidos gratuitos en Internet como un bien libre? La gran mayoría de personas, contestaría que si, ya que se descargan los contenidos con total impunidad, sin pagar nada por ellos, y sin ni siquiera saber quien es su verdadero dueño. Pero estaremos todos de acuerdo, en que ésta forma de actuar, es insostenible.
Lo que si podría ocurrir, con el cierre de Megaupload, es que empresas que oferten contenido legal en sus webs, como videoclubs virtuales, librerías virtuales, discográficas virtuales, etc, vendan esos contenidos a unos precios razonables, donde se cubran sus márgenes de beneficio y los usuarios perciban que el contenido ofrecido tiene un precio acorde a sus pretensiones.
Esto ya se ha empezado a notar. En los días siguientes al cierre de Megaupload, se ha multiplicado el tráfico de las webs que ofertan contenido legal, como FILMIN, FILMOTECH, etc. Podemos verlo en la siguiente noticia:
Si la industria audiovisual fuera ágil y los autores fueran inteligentes, se darían cuenta de los ingentes beneficios que tenía Megaupload, y comenzarían a promover servicios legales similares, como los que ofrecen SPOTIFY y NETFLIX, llegando a un modelo de negocio equilibrado y satisfactorio para todos, porque la enorme demanda sigue ahí, esperando a que alguien se apiade de ellos. Toda esta gente, está deseosa de seguir consumiendo esos contenidos, y por un módico precio lo seguirían haciendo, sin ninguna duda.
Por último decir que el gratis total, como lo hemos conocido hasta ahora, tiene fecha de caducidad. En relación a lo público, empezaremos a ver, cómo se regalarán los libros a quién se lo merezca (por expediente académico, por renta familiar, etc), algo similar a lo que ocurre con las becas, habrá que pagar una pequeña cantidad de dinero por acudir al médico, pagaremos una determinada cuantía por ver una televisión pública, etc.
En cuanto a empresas privadas y a los contenidos audiovisuales, tendremos que acostumbrarnos a pagar una pequeña cantidad de dinero para descargar un programa de software, ver una película o escuchar una canción. Si nos olvidamos de darle la importancia que tiene a los derechos de autor, a las patentes, a los copyright, etc, las empresas pueden dejar de investigar e innovar, con los consiguientes perjuicios para nuestro nivel de vida.
En cualquier caso, la piratería ha existido, existe y existirá, y de nuevo habría que analizar la forma de ser y de pensar de las personas. Esa piratería de la que hablamos, esa picaresca, es muy diferente en unos países u otros, y por no irnos muy lejos, España está a la cabeza mundial de las descargas ilegales en Internet.
Para terminar, basta sólo un ejemplo, en Alemania, el metro no tiene tornos de seguridad, no es necesario, la gente no se cuela, paga su billete porque está convencida de que pagar es lo justo por un servicio del que van a disfrutar.